Ninguna empresa está exenta de riesgos, sea cual sea su tamaño o envergadura. Recientemente hemos conocido casos que ilustran cómo tanto grandes empresas al igual que pymes pueden enfrentarse a sanciones graves por negligencias o errores en su actividad profesional. Hace poco más de un mes, una gran multinacional fue sancionada con 300.000 euros a raíz de que un empleado divulgó por error las nóminas de todos los empleados. Otro caso, que ocurrió casi de forma paralela, fue el de una pyme multada con 5.000 euros por informar a los clientes de un despido disciplinario por mala praxis profesional.
Sin embargo, cabe destacar que estos riesgos también pueden involucrar directamente a los responsables de las empresas. Lo cierto es que la posición de un directivo lo coloca en una situación de riesgo particular, ya que sus propias decisiones pueden afectar a la estabilidad de la empresa y, en caso de errores o actos negligentes, también comprometer su patrimonio personal. Y, en el caso de una pyme, donde los recursos financieros y humanos son más limitados respecto a las grandes corporaciones, una reclamación contra un directivo supone una amenaza, en definitiva, para la supervivencia de su negocio.
De todo ello se desprende principalmente lo fundamental de la concienciación en cualquier nivel de la empresa. No es suficiente que la normativa en protección de datos y comunicación responsable sea conocida únicamente por el departamento de recursos humanos o tecnología de la información, sino que toda la plantilla, especialmente altos cargos, deben estar formados y actuar de forma cuidadosa y ética a la hora de manejar la información y tomar decisiones. Sin duda, para reducir el riesgo de sanciones y reclamaciones en cualquier organización resulta crucial adoptar una cultura de prevención, pero en una pyme lo es todavía más por su vulnerabilidad financiera.
En este sentido, es en este punto donde el papel de los corredores de seguros cobra una especial importancia. A través de su asesoramiento experto, los corredores pueden ayudar a las empresas a identificar sus riesgos específicos y, así, poner a su disposición las pólizas que más se ajusten a las necesidades de la organización y de sus directivos. En el caso de las pymes y autónomos, estas suelen necesitar una protección que no solo sea completa, sino también asequible, por lo que pueden recomendar soluciones integrales que cubran sus necesidades, sin comprometer su economía.
Un gran ejemplo de ello es Hiscox Business Protection, una nueva generación de productos pensados por y para pequeños negocios y autónomos, que reúne en una sola póliza 'paquetizada' los cuatro seguros esenciales para protegerlos: RC Profesional y General, RC para administradores y directivos (D&O) y Ciberseguro. Este innovador producto cubre a las pymes de reclamaciones por negligencias profesionales, pero también a sus responsables y directivos frente a demandas, a la vez que mitiga el impacto de los ciberataques. Pero, además, atiende a las diferentes necesidades de estas empresas y profesionales en función del tamaño o sector, ofreciendo varias versiones del producto según las mismas. El objetivo: que el tejido empresarial español pueda crecer con tranquilidad, con la garantía de que tiene el apoyo de una aseguradora que entiende que, detrás de cada empresa, se encuentran historias y proyectos de vida que configurarán el futuro de nuestro país.
La sección Rincón del Mediador Experto de Hiscox se ha publicado en el nº de noviembre de la revista Mercado Previsor.
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