Si el día a día de una pyme o de un autónomo no fuera ya complicado de por sí, todo se embrolla más cuando no solo hay que tener un ojo en los riesgos más mundanos, aquellos que van ligados a su actividad, sino que también hay que estar atentos a riesgos que todavía son inciertos e imprevisibles pero que, de materializarse, pueden causar un gran impacto.